Para la gran mayoría de personas, el logro de sus objetivos y luchar por sus sueños queda como una acción pendiente para algún lejano día en el cual piensan que se dedicarán a disfrutar de la vida.

Existe una enorme diferencia entre el éxito, como un permiso para ser feliz, y la felicidad de hacer exitosamente aquello que, realmente, queremos.  

Pregúntate si: ¿Avanzas  hacia tus objetivos o sueños?, ¿Eres feliz con lo que haces?, ¿Sientes que hay algo qué te falta lograr?, ¿Necesitas hacer cambios en tu vida?, ¿Renovar algo? o ¿Reencantarte?.

Si es necesario cambia tu actitud en el área que corresponda. No pierdas tiempo. Mañana puede ser tarde.

Dedica unos minutos a pensar en algo que ahora tienes y disfruta; esto quizás  en el pasado no fue nada más que un deseo.

Recuerda que, seguramente, fueron numerosos los obstáculos que se cruzaron en tu camino para lograr aquello que querías, sin embargo, hoy, aquí y ahora, ya es parte normal de tu vida.

Cada vez que pongas en duda tu capacidad para alcanzar tus sueños, recuerda: ¡ya pasaste por esta clase de dificultades y saliste victorioso/a!

Tu voluntad alimentada por tu motivación es invencible.

La imparable voluntad de vencer sólo emerge cuando sabes perfectamente lo que deseas, lo que necesitas, lo que quieres. Esto es parte del secreto de la ley de atracción. Cuando tu sabes, positivamente, que ningún problema, ninguna dificultad, ningún desafío podrán evitar tu logro porque eres capaz de alcanzar tus sueños entonces  aquello se hará realidad. Sería más fácil si esto lo hubiésemos aprendido en nuestra niñez pero aún tienes tiempo.

Dedícate a tu crecimiento y bienestar personal; a tu realización plena. Este es otro secreto de la ley de atracción, tenlo presente. Los temores nos limitan. Querer, en definitiva, es poder. Solo tenemos que creer  que lo podemos lograr.

(Comparto con uds, amigos este mensaje que he recibido en mi correo.)